Apple Intelligence. Pero...
Apple lanza su IA pensando en los 1,500 millones de usuarios iPhone - empezando por la crema de la crema.
Finalmente Apple ha presentado su Inteligencia Artificial.
Ya Microsoft hizo clara su apuesta por los copilotos, Google respondió con Gemini y Meta confirmó su vocación al código abierto.
Dieciocho meses después del inicio de la era de la IA generativa, faltaba la movida de Apple - hasta hace pocos días, con una ráfaga de anuncios en la tradicional conferencia anual dedicada a sus desarrolladores.
Ahora que ya el conejo ha salido del sombrero podemos decir que Apple hizo lo que Apple hace: siguió jugando su partida de hardware, integración y privacidad.
Para los “fan boys” de la marca ahora AI ya no significa Artificial Intelligence sino Apple intelligence (el nombre colectivo que le pusieron a las iniciativas que anunciaron). Cómo siempre -dicen- Apple no fue la primera pero esperó para ser la mejor.
Otros vieron una colección de pequeñas noticias algo decepcionantes; es diciente que uno de los más grandes aplausos de la conferencia fue dedicado a una aplicación para iPad - una calculadora.
En mi opinión fue una movida pragmática: una empresa inteligente haciendo lo que más le conviene.
Su negocio es el hardware, el iPhone en primer lugar.
Su posicionamiento: la defensa de la privacidad.
Su bandera: la facilidad de uso.
Por esto lo que hicieron tiene sentido; pero…
Los “peros” de Apple Intelligence
Apple Intelligence es un “sistema” complejo, lleno de features y características - pero no hay una que realmente sea diferencial y/o extraordinaria.
Promete atención al contexto, creación facilitada de imágenes y textos, conversaciones más naturales con el asistente vocal: todo un poco “ya visto”, si has prestado atención a las demos de la competencia.
Con un ojo a la privacidad, hace la mayoría de las cosas “on device” - pero en algunos casos (no bien especificados) recurre a una nube externa. La llamaron “Private Cloud Compute”: un buen nombre, aunque hará falta demostrar que efectivamente puede proteger la data de los usuarios una vez salió de los confines físicos de su aparato.
Promete aprovechar todo lo que tu iPhone sabe de ti - pero sólo aplica para los 15 Pro y Pro Max, dejando así fuera a la inmensa mayoría de sus clientes.
Usa chips y modelos IA de Apple - pero si la pregunta es muy difícil se la envía… a ChatGPT, admitiendo que el modelo de lenguaje de OpenAI es el mejor del mercado.
Todos estos “peros” son entendibles: detrás de cada uno hay razones sólidas y mucha claridad sobre las áreas que Apple puede (y debe) proteger. Pero no puedo evitar imaginarme la sonrisa de Sam Altman frente a esta coronación.
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OpenAI gana porque accede a los usuarios más apetecidos del mundo móvil: el 85% de los adolescentes norteamericanos usan iPhone, y su “segundo cerebro” de referencia será ChatGPT.
También gana Microsoft, porque tiene derecho al 49% de las ganancias de OpenAI y además ve todo correr en Azure, su nube. Sumemosle también el gustico de haber identificado el futuro ganador antes que nadie.
Apple obviamente no pierde: en cualquier momento podrá direccionar su público a otro LLM, cuando aparezca una mejor opción o desarrolle un modelo interno suficientemente competitivo.
Esta es la “inteligencia” más grande que demostró.