El mundo cripto se viste de metaverso
El mundo cripto se viste de metaverso
Ciertos proyectos y eventos "cripto" están empezando a utilizar en su comunicación la etiqueta "metaverso". Es una buena señal para este último, porque significa que lo ven cómo algo positivo. Por otra parte, este acercamiento va a generar una reacción importante en sentido contrario, que contribuirá a alejar los dos mundos.
El mundo cripto se viste de metaverso
El 27 de agosto pasado, miles de personas se reunieron en Madrid para hablar de criptomonedas y economía descentralizada. El evento fue precedido por mucho ruido: presentadores anunciados que se retiran, patrocinadores en fuga, la autoridad reguladora del mercado de valores en España que alerta sobre el tema. Finalmente el mítin se dió - y con éxito total de público.
Lo que aquí nos interesa es un “detalle” - el evento se llamaba “Metaverse Day”: ¿por qué? Al final hubo la presentación del fundador en un entorno virtual y los asistentes recibieron unos “cardboard” de VR para batir algún récord mundial - pero el 99% del evento giraba en torno de las cripto y sus oportunidades. ¿Por qué entonces usar la palabra metaverso para bautizarlo?
Mi hipótesis es que así resulta más vendible, más digerible para el resto del mundo. Una manera de decir: estamos mirando al futuro de internet, no solamente a unas ganancias especulativas o a subvertir el sistema bancario.
Estamos en un momento de bajón de las principales criptomonedas: el Bitcoin no se aleja de los 20 mil dólares cuando llegó casi hasta los 70; el Ethereum anda por 1,500 USD (de un máximo de 4 mil 500); ni hablar de las monedas más extremas asociadas a mundos y juegos cómo Sandbox, Decentraland o Axie Infinity.
Igualmente parece haberse desinflado el fenómeno NFTs; con la parcial excepción de las mejores colecciones (o las más famosas), muchos proyectos sufren de la reciente sequía: en Julio de este año se hicieron transacciones por 1,000 millones de dólares: nada despreciable, pero lejos de los 12,000 millones de enero pasado.
El impacto de esta fase bajista lo han sentido sobre todo los proyectos que más dependen del flujo constante de capitales: ser el “new kid on the block” cuando la plata fluye es una delicia; cuando la gente lo piensa dos veces antes de invertir se torna dramático.
En una etapa así, el mercadeo es clave - especialmente para atraer nuevos públicos. Es para esto (volviendo al tema inicial) que el metaverso puede resultar útil. No obstante el escepticismo de parte de la población, se trata de un fenómeno que cuenta con el aval de las más grandes empresas del mundo: cualquiera se beneficia al asociarse - aunque indirectamente - a Meta o Microsoft, NVIDIA o Roblox, Apple o Tencent.
Cripto y metaverso son separados e independientes. Son vecinos en la medida en que ambos pueden verse como evolución de internet: uno en lo económico, otro en la experiencia y en los layers tecnológicos. Pero hasta ahí llega su relación: puede haber metaverso sin blockchain, y viceversa.
Las enormes empresas arriba mencionadas son muy prudentes a la hora de acercarse a la web3: y se entiende. Por un lado, la web3 busca obviar la autoridad central (o sea reducir su dominio); por otra parte, nada ahuyenta clientes y aliados tanto como estafas, quiebras o robos.
Para el universo cripto en cambio Matthew Ball empieza a ser un experto de criptomonedas y un video 360 es suficiente para darse un aire de metaverso.
En muchos casos se trata de un acercamiento táctico e insincero: una manera oportunista de aprovechar el hype. Esto llevará a un distanciamiento más explícito en la dirección opuesta: quienes trabajan para evangelizar sobre la internet inmersiva no querrán encontrarse con públicos convencidos que el metaverso va de la mano con las criptomonedas.