JLo contra la IA
¿La tecnología es amiga o enemiga? La vieja pregunta tiene una respuesta nueva.
La semana pasada (24 de mayo) se estrenó en Netflix “Atlas”, la nueva película de Jennifer López.
IAcelera - el webinar es hoy
Esta tarde a las 6 p.m. te espero en el webinar de presentación oficial de IAcelera - Inteligencia Artificial para los negocios.
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Empecé a verla algo distraído - hasta que entendí que el tema central es la Inteligencia Artificial. Me acomodé en el sillón y presté más atención: “¿Qué tal que valga la pena escribir sobre ella?” - y aquí estamos.
Si no la has visto todavía, puedes seguir leyendo sin problemas: he concentrado los spoilers al final - te avisaré apenas empiecen.
Las películas recientes sobre este tema se encuentran con un público muy sensibilizado.
Cuando salió “2001, Odisea del espacio” con su computadora HAL era el año 1968: los PCs ni siquiera existían y la IA movía sus primeros pasos en reducidos círculos académicos.
El espectador de hoy está expuesto a infinitas noticias sobre el tema; además tiene “cartas en el asunto”, especialmente si es un knowledge worker y la famosa IA se le metió al rancho…
Hace 50 años la máquina rebelde era ciencia ficción - hoy la esperamos de un momento a otro (tal vez en nuestra misma oficina).
Solitaria heroína espacial algo gruñona salva el mundo contra todo pronóstico
La historia no te va a sorprender: debes haberla visto decenas de veces.
Nuestra JLo (Atlas Shepherd) está viviendo su vida cuando es llamada a salvar el mundo. Pocos creen en ella; la mayoría dudan (incluso ella misma). Pero con la ayuda de aliados inesperados y gracias al sacrificio de muchos héroes, lo que parecía imposible… ya sabes.
No es una mala película - se deja ver. Lo único es que no va a ganar el Oscar por mejor guión original, si me hago entender 🙂.
La ambientación es divertida y estimulante: un mundo muy parecido al nuestro pero con un par de décadas de desarrollo adicional.
Realidad aumentada, spatial computing, interfaces de voz: lo que hoy es emergente ya es parte de la vida cotidiana. El smartphone -en cambio- ha desaparecido: se ríen de él cómo hoy lo haríamos con un fax.
En todo esto, nuestra Atlas desconfía de la Inteligencia Artificial (tiene sus buenas razones) y se encuentra en una situación donde esta puede ser su única esperanza. ¿Qué hará?
A partir de aquí spoilers (pero sin arruinar la peli)
El mensaje de la peli es claro: la IA puede ser buena o mala, de nosotros humanos depende por donde se incline.
Es la tradicional imagen del cuchillo: puedes usarlo para matar o para preparar un nutritivo almuerzo. Según esta teoría, la tecnología sería “neutral” y los “valores” -positivos o negativos- estarían solamente en su uso.
Pero si bien “Atlas” sugiere neutralidad, al final toma partido: después de su inicial resistencia, la protagonista termina por… enamorarse de la máquina.
Se trata en efecto del romance central de la película, la historia que te saca la lágrima al final.
Lo que empieza cómo una lucha, un dilema “IA sí, IA no” termina en un “felices para siempre”.
No todo es amor: la contención es importante, y bastante. Todo empieza con un IA que se rebela a sus creadores humanos y mata a 3 millones de personas, así que un mínimo de atención hay que darla a la implementación prudente.
Pero lo más importante es el mensaje emotivo: sólo una entrega total a la máquina nos permite sobrevivir.
Sólo quien supere sus miedos y se entregue cuerpo y alma a la tecnología podrá acceder al estado superior del ser humano, a la dimensión cyborg donde cada uno pone lo mejor de sí.
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