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Snow Crash, el primer Metaverso

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Feb 1, 2022
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La palabra “metaverso” se la inventó Neal Stephenson, en su novela “Snow Crash” (1992). Él imaginó un mundo virtual completo (y creíble hasta hoy) el mismo año en que Tim Berners-Lee inventó el HTML, cuando no existía ni la web 1.0. Todos los artículos y podcast que introducen al metaverso mencionan “Snow Crash”: yo la leí para que tú no tengas que hacerlo. Aquí va lo que me encontré - úsalo libremente en tus reuniones y comidas de trabajo :-).

Ojo: hay algunos spoilers.


Snow Crash, el primer Metaverso

Yo no soy mucho de leer ficción. Es cosa de las últimas décadas, una tendencia muy radical: leo una novela por cada 10 libros de no ficción (biografías, historia, economía, sobretodo) - y eso. Así que no me confundan por un crítico literario: la única razón por la cual enfrenté las 400+ páginas de esta obra es porque ha bautizado el fenómeno del momento.

Debo decir que el autor no me era desconocido: hace unos veinte años compré los tres tomos de Criptonomicón, que desde entonces decoran mi librería. No me acuerdo si alguna vez los leí - creo que no…

Debí haber leído Criptonomicón cuando lo compré: hubiera comprado Bitcoins a 10 USD…

“Snow Crash” es la historia de Hiroaki “Hiro” Protagonist (!!), un repartidor de pizzas y hacker que debe salvar al mundo de un virus letal transmitido por las pantallas - usando su inteligencia y dos espadas de samurai. La historia ocurre a principios del siglo XXI (hoy), en unos Estados Unidos donde la soberanía se la pelean varias mafias (la italiana, la “narcolombiana”, la nipona y unas cuantas más) y el estado es menospreciado. Alrededor de nuestro Protagonist(a) hay personajes como Y.T. - una especie de Rappitendera en skateboard - o Raven - que anda en una moto con una bomba atómica al lado, perfectos para un mundo donde la sociedad se ha disuelto en una anarquía controlada.

La historia no se desarrolla solo en el mundo físico; se extiende también a un mundo paralelo, sólo digital, al cual se accede con una buena conexión y unas gafas especiales: el “Metaverso”. Es una experiencia exclusiva: sólo unos 60 millones de personas acceden regularmente, y otros tantos lo hacen desde la universidad, la oficina o accesos públicos. “Pon un valla en el Metaverso y la verán las 100 millones de personas más ricas y mejor conectadas del planeta”, dice Stephenson: una frase que Mark Zuckerberg debe haber subrayado varias veces…

Vishnu y sus diez avatares: a la derecha Rama y Krishna, los más conocidos por acá.

Otra palabra que el autor introduce en su uso actual es “avatar”. No la inventa: en sánscrito “avatra” significa “descenso”; se usa cuando un Dios asume forma humana para bajar a la Tierra y aparece en inglés ya en el siglo XXVIII. Pero Stephenson le da su sentido moderno: la representación digital de una persona en un mundo virtual. Y es curioso como prefigura un sistema de “castas de avatares”: tener uno bueno vale plata - como un traje (o un NFT) - y esto lleva algunos a ser bloques pixelados en blanco y negro mientras otros - la élite - tienen alta definición y alas de Pegaso.

Este Metaverso no me ha parecido distópico - al menos no tanto como esperaba, después de escuchar a Frances Haugen, la whistle blower de Facebook, diciendo que en el libro “ las vidas de la gente son tan desagradables que necesitan esconderse en el sistema durante la mitad del día”. Más bien me impactó cómo ésta dimensión virtual agrega valor a la vida de las personas.

El “Librarian” por ejemplo es un NPC (Non-Player Character) que permite acceder a toda la información disponible a través de simples preguntas desestructuradas. Prácticamente Google, pero… no tan poderoso. Al “Librarian“ le faltan dos cosas que sí tenemos hoy: toda la información disponible abiertamente online y los spiders que periódicamente la recogen y la indexan. Ni la prodigiosa fantasía de Stephenson pudo imaginar semejante maravilla.

El Metaverso también torna más fáciles las relaciones: ya no hay distancias, ni tarifas telefónicas imposibles. Para Hiro el mundo virtual es una gran mezcla de Mortal Kombat, LinkedIn, Whatsapp y Tinder -  pero esto también ya lo tenemos.

Gracias al Kindle, esta portada nunca la vi en el mundo físico. Al autor le debe encantar esto.

Un proyecto de película basada en Snow Crash dio vueltas por muchos años; ahora parece que HBO está trabajando una serie. La cantidad de menciones en medios de los últimos meses debe ayudar a que pronto veamos nuestro Protagonist en acción - así podremos decir que era mejor el libro…

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