Mi gasto mensual en IA
Las IAs se parecen al streaming: si las compro todas me arruino. Pero: ¿vale la pena?
¿Cuánto me cuestan cada mes las IAs que pago?
Hace casi dos años entré a este maravilloso mundo de suscripciones y nunca me había tomado el tiempo de hacer el cálculo. Hasta hoy.
Sumé los recibos y me dió más de 100 dólares americanos en Junio. Cómo todas se renuevan automáticamente, podemos proyectar ~1,200 USD al año.
¿Es mucho? ¿Es poco? Es relativo.
Obviamente es un monto importante: en nuestro continente supera el disposable income de la mayoría de la población (y yo me lo gasto sólo en Inteligencia Artificial, bastante lejos de ser una necesidad básica).
Pero… es parte de mi trabajo: soy consultor en adopción de tecnologías emergentes, speaker y docente - y en las tres facetas la IA es protagonista, cómo temática y como herramienta.
Te cuento ahora:
cuáles son las herramientas y cuanto cuestan;
qué hago con ellas y cómo me ha ido.
Al final, un par de consideraciones generales - una psicológica, otra sobre generación valor.
Ahora sí, en orden de antigüedad:
Midjourney: el veterano
Ha sido mi primera excursión en la IA paga - ¡ya voy a cumplir 2 años!
Lo adopté atraído por la magia de las primeras versiones; me quedé porque logré integrarlo plenamente a mi proceso de trabajo. Hoy mis keynotes y esta newsletter serían muy diferentes sin Midjourney (peores, me gusta creer).
Cómo usuario “de toda la vida” he tenido acceso temprano a la versión web, y estoy todavía más feliz. A la interfaz de Discord ya me había acostumbrado pero nunca me convenció.
Estoy en el “Basic Plan”, con pago mensual. He comprado horas adicionales solo una vez, hace un par de meses, así que por ahora no me pasaré al “Standard Plan” (30 USD).
Si mañana me dicen que el precio va a duplicarse, pagaré sin pensar: el valor (y la diversión) que estoy recibiendo está muy por encima incluso de esa cifra.
Además, ninguna otra herramienta text-to-image me ha hecho pensar en irme - y he probado muchas. En febrero del 2023 hasta compré unos créditos de DALL-E, pero nunca logré conectar con su filosofía.
Soy fan de Midjourney y tengo mil ideas para seguir usándolo más - incluso en el tiempo libre.
ChatGPT: mucho por descubrir
Me demoré un poco en pagar por ChatGPT; lo usé desde el principio, pero me suscribí al Plan Plus personal sólo unos meses después del lanzamiento de la versión 4.
Y todavía siento que no le estoy sacando todo el “jugo” que podría.
No lo uso mucho, por ejemplo, para escribir; produzco 4 newsletter, un artículo y al menos 4 post de LinkedIn al mes, pero muy de vez en cuando involucro a ChatGPT en el proceso.
Lo que más hago con él es… conversar: explorar temáticas, bajar “huecos de conejo”, ponderar posiciones. Ahí paso más tiempo y obtengo más satisfacción.
También le subo papers e informes para resumirlos e interrogarlos, pero -nuevamente- siento que podría vivir sin él.
Cada vez que veo las clases de David Zuleta en IAcelera me prometo que voy a explorar más funciones - pero se me ocurre una imagen maravillosa que crear en Midjourney y me distraigo…
Read.ai: el indispensable
Empecé con la versión grátis; en pocos días pasé al Plan Pro y rápidamente migré al Enterprise, atraído por la grabación en video de todas mis videollamadas.
Es un muy buen asistente para reuniones: discreto, transcribe bien, tiene una UI ordenada y -sobretodo- te permite revivir todas tus conversaciones en Meet, Zoom o Teams.
Oro puro.
Yo tengo entre 5 y 12 reuniones todos los días, algunas recurrentes otras (muchas) con personas nuevas y sobre temas u oportunidades inesperadas.
Hay momentos en que se me cruzan los cables y me pregunto: ¿qué hablé con esa persona? ¿En qué quedamos? Ahí es donde Read.ai me ha cambiado la vida.
Simplemente ubico la reunión en calendario, busco el informe de Read y puedo mirar el resumen de lo discutido; si no es suficiente, puedo revivir la reunión completa, con todas las expresiones, las miradas y los silencios del caso.
De todas mis herramientas es la más cara, pero también la que de más apuros me ha salvado. Sin ella hubiera hecho el oso más de una vez - es un seguro de vida que seguiré pagando feliz.
Gemini Business: algún día le meteré 10 horas
Gemini lo compré porque… ¿cómo no lo iba a comprar?.
En mi empresa trabajamos en Google Workspace y llevo meses diciendo que se está acabando la etapa prosumer de la IA: ergo ¡tenía que comprar Gemini!
Me explico. Mi hipótesis es que poco a poco los gigantes de las “plataformas de oficina” van a ir incorporando a sus IAs las funcionalidades más estables y comunes de los modelos de frontera; mi manera de verificarlo era comprando mi IA de referencia (Gemini).
El problema es que… nunca lo he usado.
Un promptcito aquí o allá, una imagen de vez en cuando, pero nunca un caso de uso digno de ese nombre. Nada. Y no porque funcione mal - al contrario. Es que el hábito es muy duro de romper (especialmente si ya incluye IAs comparables, cómo lo es en mi caso ChatGPT).
Seguiré tratando de llegar a las famosas “10 horas para la epifanía” y espero poder anunciar su venida en un próximo episodio…
Copilot Pro: entre el vuelo y el grounding
Copilot Pro me vi obligado a comprarlo.
Estamos acompañando a un cliente en su proyecto de adopción de IA en entorno Microsoft; cuando llegó el momento del entrenamiento práctico, todo el equipo vertimedios compró licencia: por más que Copilot Pro (cuentas personales) sea diferente del Enterprise, fue clave para hacernos una idea de su funcionamiento.
Me volví un experto, pero… no lo he usado en mi actividad laboral. Uso bastante Word y Excel; muchísimo Powerpoint; pero nunca he aplicado mi conocimiento de Copilot en la vida real.
Si fuera un instrumento corporativo creo que sí lo haría - porque tendría acceso a su característica más poderosa: el grounding.
Copilot interviene tanto tus prompts como tus respuestas con base en el conocimiento de la empresa: esto agrega mucho valor ya que reduce alucinaciones y enriquece el contenido.
Si tienes esta facilidad, perfecto. Si no, termina siendo un chatbot “dopado” - casi “lobotomizado” para evitar que se le vuele demasiado la fantasía.
IAs: ¿los nuevos libros? En conclusión.
Por muchos años he comprado más libros de los que podía razonablemente leer.
Un poco por eterno optimismo sobre el tiempo libre a disposición;
un poco para estar seguro de tener algo interesante en caso de necesidad (hablamos de la era pre Kindle);
un poco también para hacer signaling a las pocas personas que pudieran ver mi biblioteca (incluyéndome a mí mismo); pero…
… pero sobre todo porque el libro es un objeto muy poderoso para quien vive de las ideas: un extracto de pensamiento de otro ser humano a tu disposición para que te inspires.
Tal vez ahora las mismas fuerzas estén en acción en mi para las herramientas de Inteligencia Artificial Generativa: así cómo dejé muchos libros sin abrir (decenas), tengo IAs en desuso.
“Llegará el momento de dedicarles tiempo”, pienso, y no le doy clic a la opción de desuscribir.
Para tres herramientas -por otro lado- he generado un hábito: son parte de mi rutina profesional, sé muy bien cómo usarlas, sé para qué son buenas y para que no (al menos en mi caso).
En este sentido me siento bien porque he puesto el dinero donde está la boca (y perdón por la traducción machetera de un dicho que no conozco en español): lo que predico en mis clases y en mis conferencias lo pongo en práctica en la vida real.
Ahora al punto económico: ¿obtengo de estas herramientas un valor mensual de al menos $100 al mes? Sin duda - y queda mucho más por extraer.
Con una sola de ellas he llegado a la fase Adapt (Midjourney); con las otras sigo en Adopt, bien al principio.
Esto significa que tengo mucho camino por delante para aprovecharlas plenamente - incluso si no salen nuevas versiones.
Una situación parecida a la que hoy enfrentan la mayoría de las empresas: esto apenas comienza.
Y tú, ¿cuanto inviertes en IA al mes?