Todos hemos pasado por ahí. Primero, 20 mensajes pregrabados (el primero: “nuestro menú ha cambiado, escuche con atención”); después, dejamos nuestros datos seguidos por la tecla numeral, volvemos a escuchar el dichoso menú cinco veces porque no queda claro nosotros donde cabemos y sin estar un centímetro más cerca de la solución finalmente gritamos: “¡Quiero hablar con un ser humano!”. Es posible que muy pronto la situación dé un giro de 180° y nos encontremos deseando hablar… con una máquina. El servicio al cliente en el metaverso va a ser más inteligente (y más artificial).
Servicio al cliente en el metaverso
Servicio al cliente en el metaverso
Servicio al cliente en el metaverso
Todos hemos pasado por ahí. Primero, 20 mensajes pregrabados (el primero: “nuestro menú ha cambiado, escuche con atención”); después, dejamos nuestros datos seguidos por la tecla numeral, volvemos a escuchar el dichoso menú cinco veces porque no queda claro nosotros donde cabemos y sin estar un centímetro más cerca de la solución finalmente gritamos: “¡Quiero hablar con un ser humano!”. Es posible que muy pronto la situación dé un giro de 180° y nos encontremos deseando hablar… con una máquina. El servicio al cliente en el metaverso va a ser más inteligente (y más artificial).